Aplicar una metodología innovadora, que permita al alumno dirigir sus propio aprendizaje, fomente su motivación y le enseñe a aplicar el pensamiento crítico.
Junto a la adquisición de un idioma, permitir el desarrollo de habilidades imprescidibles en el siglo XXI como el trabajo en equipo o las habilidades organizativas, resolutivas y tecnológicas.
Fomentar la internacionalidad a través de la comunicación y el conocimiento de las diferencias culturales.
Ofrecer los mejores recursos tecnológicos para la enseñanza de idiomas.
Concebir el aprendizaje de idiomas como requisito imprescindible en un mundo cada vez más globalizado.
Aprovechar las posibilidades que ofrecen las herramientas del siglo XXI para favorecer la interacción y la comunicación entre el profesorado y el alumnado, y entre el propio.